Ejercicio y cáncer: beneficios y recomendaciones durante y después del tratamiento.
- Dra Marcela García
- 26 oct 2024
- 4 Min. de lectura

Enfrentar un diagnóstico de cáncer y pasar por el tratamiento es un reto tanto físico como emocional. Sin embargo, aunque a veces parezca difícil moverse durante esta etapa, el ejercicio puede ser una herramienta poderosa para mejorar tu bienestar y calidad de vida. Desde mi experiencia como médica de familia, con un enfoque en cuidados paliativos, quiero hablarte sobre los beneficios del ejercicio y compartirte algunas recomendaciones para que te mantengas activo de forma segura durante y después del tratamiento.
El ejercicio como aliado durante el tratamiento oncológico
Durante el tratamiento contra el cáncer, es común sentir fatiga, malestar o incluso dolor, lo que hace que la idea de hacer ejercicio pueda parecer poco atractiva. Sin embargo, estudios han demostrado que el ejercicio puede ayudarte a mejorar tu estado de ánimo, reducir algunos efectos secundarios del tratamiento, y fortalecer tu cuerpo para sobrellevar mejor los desafíos físicos.
Algunos de los beneficios más importantes del ejercicio durante el tratamiento incluyen:
1. Reducción de la fatiga: Aunque parezca contradictorio, hacer ejercicio regularmente, incluso a baja intensidad, puede ayudarte a sentirte con más energía y combatir la sensación de cansancio extremo.
2. Mejora del estado de ánimo: El ejercicio libera endorfinas, las conocidas “hormonas de la felicidad”, que ayudan a reducir la ansiedad y la depresión, mejorando tu bienestar emocional.
3. Fortalecimiento muscular y óseo: Mantenerte activo te ayuda a conservar la masa muscular y mejorar la densidad ósea, lo cual es crucial para mantener tu independencia y movilidad.
4. Mejor digestión y circulación: Mover el cuerpo favorece el funcionamiento del sistema digestivo y ayuda a mejorar la circulación sanguínea, lo que es especialmente útil si experimentas estreñimiento o hinchazón durante el tratamiento.
5. Promoción del sueño reparador: El ejercicio regular puede ayudarte a dormir mejor y a tener un descanso más profundo y reparador.
Recomendaciones para el ejercicio durante el tratamiento

Cada persona es diferente, y es fundamental que el ejercicio se ajuste a cómo te sientes y a tu capacidad física en cada momento del tratamiento. Aquí te dejo algunas sugerencias para comenzar de manera segura:
1. Consulta con tu equipo médico: Antes de empezar cualquier rutina de ejercicios, habla con tu médico para asegurarte de que es seguro y adecuado para ti. Tu tratamiento específico, estado físico y el tipo de cáncer que enfrentas determinarán qué tipo de actividad es la más recomendable.
2. Empieza despacio: Si no te sientes con mucha energía, no te preocupes. Puedes empezar con ejercicios suaves como caminatas cortas o estiramientos. Incluso 10 o 15 minutos de actividad diaria pueden hacer una gran diferencia.
3. Ejercicios de bajo impacto: Actividades como caminar, nadar, hacer yoga suave o pilates son excelentes opciones para cuidar tu cuerpo sin someterlo a un esfuerzo excesivo. Además, estas actividades son amables con tus articulaciones y pueden adaptarse según cómo te sientas.
4. Escucha a tu cuerpo: No te exijas demasiado. Si te sientes fatigado o experimentas dolor, es importante que te detengas y tomes el descanso que necesites. No es necesario forzar el cuerpo; lo más importante es que te mantengas activo dentro de tus posibilidades.
5. Estiramientos y respiración: Incorporar ejercicios de estiramiento y respiración profunda puede ayudarte a relajar el cuerpo y reducir tensiones. Esto es especialmente útil si sientes rigidez muscular o estrés emocional.
El ejercicio como parte de la recuperación después del tratamiento

Una vez finalizado el tratamiento, mantener un estilo de vida activo sigue siendo fundamental. El ejercicio regular puede reducir el riesgo de recaída, ayudarte a recuperar la fuerza que perdiste durante el tratamiento, y mejorar tu bienestar general.
Algunos beneficios clave del ejercicio post-tratamiento son:
- Mejora de la función cardiovascular: El ejercicio aeróbico, como caminar o montar en bicicleta, fortalece tu corazón y mejora la circulación, ayudándote a sentirte más fuerte y con más energía.
- Recuperación de la masa muscular: El entrenamiento de fuerza con pesas ligeras o bandas elásticas puede ayudarte a reconstruir el músculo perdido y a mejorar tu resistencia.
- Control de peso: Mantenerte activo también te ayudará a gestionar tu peso, lo cual es importante para reducir el riesgo de recurrencia del cáncer y otras complicaciones de salud.
- Fortalecimiento emocional: El ejercicio, además de los beneficios físicos, sigue siendo un poderoso aliado para mejorar tu salud mental, promoviendo una mayor sensación de control sobre tu cuerpo y tu vida.
Consejos para mantener una rutina de ejercicio en la recuperación
1. Sé constante, pero flexible: Intenta hacer ejercicio al menos 3 veces a la semana, alternando entre actividades aeróbicas y de fortalecimiento. Si un día no te sientes bien, es importante que te permitas descansar sin sentir culpa.
2. Únete a actividades en grupo: Si te sientes con energía, participar en actividades en grupo como clases de yoga o caminatas comunitarias puede ayudarte a socializar y a sentirte apoyado por otros que también están cuidando su salud.
3. Establece metas alcanzables: Fija pequeñas metas que te motiven a seguir avanzando, como caminar una distancia específica o aumentar el tiempo dedicado a tu ejercicio semanal. Celebrar cada logro, por pequeño que sea, es importante para mantener el ánimo.
Estoy aquí para acompañarte en este camino
El ejercicio es una herramienta poderosa tanto durante como después del tratamiento oncológico, pero sé que puede ser difícil saber por dónde empezar o cómo ajustarlo a tu situación. Desde mi enfoque en medicina familiar y cuidados paliativos, estoy aquí para ofrecerte orientación personalizada que te ayude a incorporar el movimiento en tu vida de manera segura y efectiva.
Si tienes dudas sobre cómo adaptar el ejercicio a tu proceso o necesitas un plan que se ajuste a tu condición física actual, no dudes en agendar una consulta. Estoy aquí para apoyarte y acompañarte en cada paso de este camino hacia el bienestar.
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