Manejando los efectos secundarios de la quimioterapia y radioterapia.
- Dra Marcela García
- 25 oct 2024
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 26 oct 2024

Enfrentar un diagnóstico de cáncer es una experiencia que puede traer muchas preguntas e incertidumbres. Los tratamientos como la quimioterapia y la radioterapia son esenciales para combatir la enfermedad, pero es normal que generen efectos secundarios que afecten tu calidad de vida. Como médica especializada en medicina familiar y con un enfoque en cuidados paliativos, mi objetivo es ofrecerte herramientas que te ayuden a sobrellevar estos efectos de una manera integral, combinando el manejo farmacológico con opciones no farmacológicas.
Comprendiendo los efectos secundarios:
La quimioterapia y la radioterapia actúan de diferentes maneras en el cuerpo, lo que puede generar una variedad de síntomas, como fatiga, náuseas, pérdida de apetito, dolor o irritación en la piel, entre otros. Cada persona es única, y por eso, los efectos pueden variar. Lo importante es que hay formas de tratar y aliviar muchos de estos síntomas para que te sientas lo mejor posible durante tu tratamiento.
Manejo farmacológico: apoyando a tu cuerpo con medicación

1. Para las náuseas y vómitos: Uno de los efectos más comunes de la quimioterapia son las náuseas. Existen medicamentos llamados antieméticos que pueden recetarse para controlar este síntoma. Opciones como ondansetrón o metoclopramida son ampliamente utilizadas, y ajustarlas a tus necesidades puede hacer una gran diferencia.
2. Para el dolor: Si la quimioterapia o radioterapia causan dolor, los analgésicos pueden ser útiles. Desde paracetamol para molestias leves, hasta opioides como el tramadol para dolores más intensos, el control del dolor es una parte fundamental del tratamiento. Siempre es importante hablar sobre cualquier malestar que sientas para poder ajustar las dosis o buscar la mejor opción para ti.
3. Para la fatiga: No hay un fármaco específico para tratar la fatiga relacionada con el tratamiento, pero a veces se pueden usar medicamentos que ayuden a regular el sueño o reducir el impacto del cansancio, como ciertos estimulantes suaves o suplementos vitamínicos que te ayuden a sentirte con más energía.
4. Para la irritación de la piel: La radioterapia puede causar enrojecimiento o irritación en la piel. En estos casos, cremas específicas como las que contienen corticoides suaves o hidratantes especializados pueden calmar los síntomas.
Manejo no farmacológico: cuidando tu bienestar de manera integral

Junto con los medicamentos, existen diversas estrategias no farmacológicas que pueden complementar tu tratamiento y mejorar tu calidad de vida:
1. Nutrición adecuada: Mantener una alimentación balanceada, aunque sientas falta de apetito, es clave para que tu cuerpo tenga la energía que necesita. Alimentos suaves y ricos en nutrientes, como batidos proteicos o sopas ligeras, pueden ayudarte a sentirte mejor y tolerar mejor los tratamientos.
2. Terapias complementarias: Prácticas como la meditación, el mindfulness o la acupuntura han demostrado ser útiles para manejar algunos síntomas, como el estrés, la ansiedad, e incluso el dolor. Estas terapias pueden ayudarte a mantener la calma y el equilibrio emocional en momentos difíciles.
3. Ejercicio moderado: Si bien el cansancio es común, realizar actividades físicas ligeras, como caminar o hacer yoga suave, puede mejorar tu estado de ánimo y reducir la sensación de fatiga. Escucha a tu cuerpo y adapta la actividad a lo que te sientas capaz de hacer.
4. Apoyo emocional: El impacto emocional del tratamiento puede ser abrumador. Buscar apoyo en un psicólogo o terapeuta, o incluso participar en grupos de apoyo, puede brindarte un espacio para expresar tus preocupaciones y recibir contención emocional.
5. Hidratación y cuidado de la piel: Beber suficiente agua y aplicar cremas hidratantes recomendadas por tu médico son pasos sencillos que pueden ayudar a mitigar algunos efectos secundarios, como la resequedad de la piel o la boca seca.
Estoy aquí para acompañarte en este camino
Mi objetivo es ayudarte a sobrellevar los desafíos que presenta el tratamiento oncológico. Juntos, podemos explorar opciones para mejorar tu bienestar y calidad de vida, tanto desde el manejo farmacológico como no farmacológico. Si sientes que alguno de los efectos secundarios está interfiriendo en tu vida diaria, no dudes en agendar una consulta. Estoy aquí para escucharte y acompañarte en cada etapa de este proceso, asegurándome de que recibas el apoyo que necesitas para sentirte lo mejor posible.
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